PROGRESISMO HOMOSEXUAL CON ANTEOJERAS

UNA BOTICARIA EN ALPEDRETE

SUBVENCIÓN DE TAPARRABOS PARA HOMBRES MACHOTES

El Gabinete, ¡Jesús!, el Gabinete no, sino el Servicio Canario de Empleo, ha confirmado, por ajustarse a derecho, aquella subvención concedida en 2007, con lo que ha llovido, al Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Fuerteventura. Con los años me voy acostumbrando a todo, incluso a que los demás tomen por retambufa, cosa que a mí no me deja frío ni caliente. Quiero decir que yo siempre he respetado la follandusca ajena, sea por proa o por popa. Sí vi con no poco estupor cómo el bueno de Moratinos obsequió a los negrales sarasas de Zimbabue con unos milloncejos españoles para que ellos se dedicaran al asueto y a las labores propias de su afición más entusiasta: darse por el traste. No tengo por qué callar, sin embargo, que a las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de Fuerteventura, que deben de ser legión, les hayan concedido 14.301,42 euros para no sé qué menesteres, pero me gustaría saberlo. Es dinero de nuestros impuestos. Porque en el BOC del jueves 25 de febrero de este año del Señor no se informa de la forma en que se van a gastar las perras o en qué se las han gastado ya. Ahora, tengo que decir otra cosa: es tal la engorrosa maraña de leyes que se citan en el anuncio oficial de concesión de la morterada que un lego como yo se fatiga no poco con su somera lectura, si es que puede calificarse de somero algo tan complicado. Dicho lo cual no me parece mal que -subvención en mano- no se discrimine a nadie en razón de su sexo, condición y eso, porque es lo constitucionalmente correcto, pienso yo. Ahora bien, ¿qué haría el Servicio Canario de Empleo si a cualquier ciudadano normal se le ocurriera montar, un suponer, el colectivo -a mí lo de colectivo me suena a guagua de Buenos Aires- de machotes? ¿Tendría el Colectivo de Machotes Coloso de Rodas derecho a una subvención para comprarse taparrabos y otros elementos de marcación de paquete? Pues, seguramente, no. Y es ahí donde yo veo discriminación: se celebra el día de la mujer trabajadora, pero nunca el del hombre trabajador; se subvenciona a los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, ¿y a los que no somos nada de eso, no se nos da ninguna perrita? Todos estos comentarios no son políticamente correctos, pero eso a mí me da igual. Soy un viejo carrucho que sólo dice lo que piensa. 14.000 euros para ellos/ellas me parece una pasada. ¿A cuento de qué? ¿Para comprarse ropita, para ordenar un local? Es que el BOC no me informa y, claro, me quedo desasosegado, inquieto, perturbado. ¿Y ustedes? Andrés González de Chaves y Sotomayor.

 

LM ANSÓN SALIÓ DEL ROPERO

La inmensa mayoría de los españoles tienen los ojos marrones. Una minoría, azules. Es cosa de la naturaleza y a nadie se le pasaría por la cabeza discriminar a los ciudadanos de ojos azules. La inmensa mayoría de los españoles son heterosexuales. Una minoría, homosexuales. Es cosa de la naturaleza. Por fortuna, la brutal discriminación de que ha sido víctima la minoría homosexual está ya superada y la ley es igual para todos. Sentado esto, voy a referirme a lo que me dijo un veterano colega mexicano hace unos días: «Viendo la televisión aquí, da la sensación de que el cincuenta por ciento de los españoles son maricones o lesbianas». Y no le falta razón. El papel de los homosexuales en los medios audiovisuales se ha desbordado. Lo invaden todo. Lo impregnan todo. Luego, llega el Instituto Nacional de Estadística y ofrece las cifras reales. De once millones de núcleos familiares, sólo 563.000 está constituido por uniones de hecho, sólo 10.400 lo forman parejas del mismo sexo. Gays y lesbianas suponen el uno por mil de los hogares en que se vive en pareja. Los colectivos homosexuales ni dan ni quitan demasiados votos, en contra de lo que creyó Trinidad Jiménez cuando aspiraba a la alcaldía de Madrid. La familia tradicional formada tras el matrimonio se eleva, en España, por consiguiente, a diez millones y medio de hogares. Frente a esa realidad, hay medio millón de uniones de hecho y poco más de diez mil son parejas homosexuales (6.855 de gays y 3.619 de lesbianas). Ciertamente, los homosexuales, ellos y ellas, ocupan puestos de especial relieve en el cine, el teatro, la televisión, la moda, el espectáculo. Pero frente a la realidad que quiere representar la pequeña pantalla se alza esta otra realidad, desarrollada científicamente por el INE, de la sociedad española. Hay que respetar, en fin, a las minorías. Pero también a las mayorías. Cualquier día los heterosexuales se decidirán a salir también de los otros armarios para reclamar sus derechos, que empiezan a cuartearse por el alud rosa, al menos en el teatro, el cine y la televisión. El día del orgullo heterosexual está cada vez más cerca.

Fuente: Luis María Ansón Oliart, poeta hispanoportugués.

 

PROCESIÓN MUY ARDIENTE

 

              Los únicos que andaban por la calle, cabizbajos, eran los heterosexuales. Desde tempranas horas dominicales –entre confesos y vergonzantes–, se fueron apostando en los andenes de la carrera séptima para ver pasar la procesión gay, que es la única que va a la vez por fuera y por dentro. Se distinguían por la gabardina, el paraguas colgado del antebrazo, la mirada extraviada y EL TIEMPO doblado bajo la axila. Arrancaba la Marcha del orgullo gay para celebrar sus avances, la aprobación en España del matrimonio entre homosexuales y la adopción de criaturos. Era algo así como un carnaval, por el lado pintoresco de la loquería. En la Plaza de Toros se dieron cita los representantes del tercer sexo: maricas aconductadas y locas de atar, lesbianas de los dos pisos, travestidos y transexuales. Con sus respectivos peluqueros y hasta cirujanos plásticos, sus mejores prospectos de boda. Ya no se podrá tratar de invertidos a estos extrovertidos. A quienes, según las encuestas, los únicos que rechazan son los firmantes del aviso de Turbay y José Galat. También marchaban sacando pecho, pero no de silicona, miembros erguidos del partido liberal atizados por Piedad Córdoba, y del Polo Democrático liderado por Navarro Wolf. Nadie va a dudar de la virilidad del ex comandante del Eme, pero maricones eminentes los hay de una sola pata. Podría ser la primera manifestación liberal en campaña para la Presidencia de un candidato aún incierto. Porque la palabra liberal se puede entender en muchos sentidos. Del escritor metido a político Gustavo Álvarez Gardeazábal, se decía que era conservador de frente, porque por detrás era de lo más liberal. Aprovecho aquí para contestar la nota de protesta de mi amada poetisa Annabel Torres, quien desde Europa me increpa por usar el término marica existiendo gay. La palabra marica ni es fea ni es peyorativa. Cómo será que hasta la usaron los propios García Lorca y Allen Ginsberg, en sus más soñados poemas. Gay, en cambio, es voquible que no me sirve para trabajar porque, ¿para qué andar con eufemismos en un medio donde no me aplican censura? Reconozco que tampoco se podrá seguir tratando como tal a esta horda de triunfantes casamenteros, cuando más maricas fueron los que se dejaron meter el gol. En su columna de EL TIEMPO, el pasado lunes, Armando Benedetti menciona la palabra tres veces, incluso para afirmar que "en el fondo de todo perseguidor de maricas hay un marica enorme". Que fue lo que vimos en la película Belleza americana. Tola y Maruja fueron más allá, y en su editorial dominical de El Espectador hablaron de ‘areperas’, de una. De modo que no te hagas mala sangre Annabel. Lee. El desfile, colorido, pacífico y delirante, recorrió la calle real, del Planetario a la Plaza de Bolívar, y no podría decirse que marcharan de la mano ni toqueteándose. Los travestidos, desde sus camiones lanzaban besos de reina a los admiradores de los andenes, entre ellos quienes habían salido a pescar en río revuelto. No se oyeron gritos ni ayes, ni voces en contra ni a favor del Gobierno, aunque los políticos infiltrados trataban de echarse al bolsillo con consignas cantadas los futuros votos de los zarazas ennoblecidos. Ya en la Plaza, al pie de la Alcaldía, fueron recibidos por el Secretario de Gobierno, ya que al burgomaestre se le quebró un tacón y se luxó un tobillo. En un país en paz como el nuestro, la guerra de los sexos la terminaron ganando los sodomitas. Como cuentan ya con la consideración y el beneplácito del Senado, ahora van tras los cuarteles y los ministerios. Entre los últimos del desfile iba un jovencito precioso portando a dos manos quebradas una pancarta con esta frase que el público aplaudía: "¡Ay, qué orgulloso me siento de ser un buen maricón!" Los únicos que andaban por la calle sin pizca de orgullo, aburridos y cabizbajos como escobitas, debían ser heterosexuales.

 

Fuente: Jotamario Arbeláez, en El Tiempo (Bogotá).


BENDITAS MUJERES

Espero que no me tachen de machista; y si me tachan, me da igual. La profesora MacIntyre, escocesa, ha dicho que "una apropiada percepción de la talla del culo (femenino y se supone que también el masculino) contribuye a mejorar la autoestima". Vale. Según la clasificación de una universidad de Escocia, los culos se dividen en a) alargado; b) cuadrado; c) manzana; d) pera; y e) respingón. Cada vez que le cuento a mis amigas el estudio escocés abominan de mí, e incluso alguna me ha azotado enérgicamente. Dice el estudio que el alargado destaca por su falta de curvas y por no tener apenas formas al final de la rabadilla. La ropa ajustada realza este culito. El cuadrado se caracteriza por la falta de cintura de su propietario/a; la grasa se acumula en la parte superior de la cadera y afecta más a los hombres. El manzana es redondo y terso. Se considera ideal. Se puede conseguir con dieta, gimnasia y paso por el quirófano. El pera tiene un volumen mayor en la parte inferior que en la superior. Común en los traseros pequeños. Respingón: suele verse más en las negras. Dice el estudio que apretar los glúteos al andar, y estando de pie, ayuda a disimular la forma. Parece que el estudio tiene que ver con las casas fabricantes de los pantalones vaqueros. Es con los blue jeans como más y mejor se realzan las formas, sobre todo las femeninas, que al menos para mí son los contornos más bellos (otros opinarán lo contrario y no hay nada que objetar al respecto). Pero desde hace años los estudiosos más sesudos han tomado el culo femenino como oscuro (claro) objeto de investigación. El periódico El Mundo del domingo 9 de abril pasado publicó un reportaje, a página entera, hablando del asunto; y, hace años, el suplemento dominical de El País incluyó un completo reportaje titulado "Por sus culos las conoceréis". Es decir, que existen antecedentes de lo que cuento. No hay duda de que, para un hombre, contemplar un culo femenino es una bendición. Las mujeres lo saben y se aprovechan. En una etapa de la historia en que las tendencias sexuales sufren indudables alteraciones (¿aberraciones?), disfrazadas de "amor puro/no importa el sexo", la contemplación de posaderas femeninas bien plantadas me reconforta no poco, porque he de decir que un servidor no es mariconzón, sino que le gustan las mujeres, como es público y notorio. Andrés González de Chaves y Sotomayor.


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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS

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