ANTONIO HERRERO EN LA MEMORIA DE ARTURO VINUESA
Dos son los recuerdos sobre Antonio Herrero Lima, periodista fallecido en 1998. De una parte
su "impronta" mañanera, casi de madrugada, cuando su voz sonaba como un trueno acusando a Luis del Olmo de no ser "trigo
limpio" o llamando Monika Lewinsky a una ministra del PSOE. Por otro lado no podemos olvidar en la Organización
de Usuarios de la Justicia su censura a una víctima de la Mafia Inmobiliaria catalana (donde había implicada gente del Padrino
Jordi Pujol Soley, entonces presidente del Gobierno Autónomo de Cataluña). Ahora
han publicado un libro recopilatorio de loas de gente amiga y algún desmemoriado, como es el caso
del coronel Arturo Vinuesa Parral. Ha escrito:
"La primera vez que hablamos por teléfono yo venía
de atravesar 2.000 kilómetros de ardiente desierto en guerra, expulsado de allí por Saddam Hussein como persona
"non grata" (...). Años después, la mayor de las tragedias humanas se abatió sobre mi familia. Mi hijo, militar como yo,
encontró la muerte en unas absurdas maniobras (por lo mal concebidas, preparadas, ejecutadas e implacables), cuyos
responsables, ambiciosos o equivocados, trataban de ocultarse detrás de la acción de algunos altos mandos militares, que,
en aras de un injusto corporativismo, intentaban la clásica maniobra del "que todo quedaba en casa". Pasamos unos años
sumidos en una incesante e infructuoso llamar a las puertas de la justicia (...). Hoy, los eternos ambiciosos continúan insensibles a la verdad (...). Y los responsables de la muerte de mi hijo siguen activo (...). Yo, por el contrario, pasados
nueve años, sigo buscando una justicia que ya dudo encontrar porque después de tan largo tiempo la justicia jamás puede ser
justa"...
El militar se deshizo en elogios a Herrero Lima, quien le dio cobertura a la noticia sobre la muerte del hijo.
Pero ¿qué pasó hace casi treinta años con el ex capitán de Caballería Vicente Estévanez Molina, compañero de promoción del coronel en el
Escuadrón de la Policía de Sevilla? A raíz de las calumnias del entonces capitán Arturo Vinuesa Parral terminó ante un Tribunal
de Honor y fue expulsado del Ejército. Años más tarde recurrió a la Organización de Usuarios de la Justicia. Pura bazofia
aquel Tribunal de Honor. Don Arturo te han dado de tu propia medicina.
MONTAJE Y EXPULSIÓN DEL EJÉRCITO DE VICENTE ESTÉVANEZ MOLINA
A principios de la década de 1970 el capitan de Caballería Vicente Estévanez Molina ingresó en el SECED (Servicio Central de Documentación), organismo de informacion dependiente del almirante Luis Carrero Blanco, a la sazón presidente del Gobierno. Su misión consistió en investigar un caso de corrupción en el Patronato de Casas Militares en Sevilla. Lo detectaron e inmediatamente planearon echarlo del Ejército de forma sibilina. Apuntaron a la esposa acusándola de frecuentar cafeterías y usar minifaldas. Por lo tanto el capitán de la Unidad de Caballería de la Policía Armada en Sevilla "dañaba la imagen" del Ejército y de la policía. El capitán de Artillería Arturo Vinuesa Parral intervino como testigo en el Tribunal de Honor (organismo de "justicia" militar de la época semejante al Santo Oficio de la Inquisición) convocado para enjuiciar los "desmanes" de la esposa del capitán Vicente Estévanez Molina. Juicio secreto y sin posibilidad de recurso alguno. Fallaron la expulsión del Ejército del capitán de Caballería.
La esposa de Vicente Estévanez Molina demandó por injurias y calumnias al capitán Arturo Vinuesa Parral en un juzgado de Instrucción de Sevilla. Citado a declarar, el demandado negó haber señalado a la demandante como "mujer de costumbres incompatibles" con la profesión militar de su marido. El caso durmió en los anaqueles hasta la promulgación de la Constitución Española, en 1978, que prohibió los "tribunales de honor" en las Fuerzas Armadas. El ex capitán Vicente Estévanez Molina solicitó examinar la instrucción y fallo del tribunal de honor en cuestión. El capitán de Artillería Arturo Vinuesa Parral figuraba como uno de los principales instigadores de la trama. Desde entonces, y hasta su visita a la Organización de Usuarios de la Justicia, en la década de 1990, no dejó de luchar en vano por la defensa de su honor y contra la injusta expulsión del Ejército. Incluso tuvo el "atrevimiento" de escribirle al Rey de España, máxime por su condición de compañero de promoción en la Academia Militar de Zaragoza. Ni el Ministerio de Defensa (en vía administrativa) ni la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ni el Tribunal Constitucional reconocieron su derecho a la reincorporación a la carrera militar con el empleo de general de brigada. Estaba en juego el "prestigio" del Ejército y sentaba un tremendo precedente a la hora de revisar los "juicios" de los tribunales de honor durante la Dictadura.
Fuente: Organización de Usuarios de la Justicia.
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