TRAUMATOLOGÍA
Es
una rama de la medicina basada en el conocimiento de las causas, efectos y
tratamiento de las lesiones. Su asentamiento en el ámbito de la medicina
forense no despierta ninguna duda por su relevancia en los procesos judiciales,
dictámenes médicos, peritación de daños e indemnizaciones, responsabilidad
criminal.
Concepto
de la lesión
El Diccionario de la Real Academia
Española define la lesión como el daño o detrimento corporal causado por una
herida, golpe o enfermedad. Por su parte, la Enciclopedia de la Salud
Familiar entiende por lesión "Cualquier anomalía de la estructura o de
la función de cualquier parte del cuerpo. El término puede referirse a una herida,
una infección, un tumor, un absceso o una anomalía química". Finalmente,
el Código Penal español considera lesión el menoscabo de la integridad física o
de la salud de una persona causado por cualquier medio o procedimiento.
En definitiva, la lesión es una
alteración anatómica o fisiológica de cualquier parte del organismo por una
agresión con un arma u otro objeto; por una situación patológica o por un
accidente. La lesión puede adoptar la forma de contusión, fractura,
intoxicación, quemadura, ceguera, amputación, hemorragia, mutismo, sordera,
deformación, esterilidad o secuela de tipo nervioso.
Tratamiento
jurídico de la lesión
La integridad corporal y la salud de
las personas constituyen un bien protegido jurídicamente. De ahí la
tipificación penal de la lesión dolosa o negligente. Es dolosa cuando en su
producción se utilizan armas, objetos y formas considerados peligrosos para la
integridad corporal o para la salud; cuando hay ensañamiento y cuando la
víctima es menor de doce años o incapaz. En ausencia de tales presupuestos, la
lesión sólo tiene carácter de negligente o culposa.
Las lesiones están tipificadas como
delitos y faltas atendiendo a la naturaleza del hecho; las circunstancias del
mismo y la gravedad del daño. La tentativa de delito está castigada con la pena
inferior en uno o dos grados a la señalada por la ley para el delito consumado.
En el vigente Código Penal español
no están reputados como delito de lesiones ninguno de los siguientes supuestos:
a) Transplantes de
órganos efectuados de acuerdo con la ley.
b) Intervenciones
quirúrgicas en casos de transexualismo y de esterilidad voluntaria de hombres y
mujeres.
c) Esterilización de
personas incapaces con graves deficiencias de tipo mental.
CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES
Asfixia
Se origina por la falta de oxígeno
en los pulmones. Las causas son múltiples: sumersión, ahorcamiento,
intoxicación por monóxido de carbono, sofocación, estrangulamiento. La
supervivencia de un asfixiado depende de la rapidez a la hora de adoptar las
medidas de socorro. Varios son los métodos de respiración artificial:
Holger-Nielsen (el accidentado está situado boca
abajo); Sylvester (el accidentado está situado boca arriba); reanimador
Arecheta; basculante de Eve; oxigenoterapia; boca a boca. Independientemente de
cual sea el método elegido, la respiración artificial se ha de llevar a cabo en
el mismo lugar del siniestro, sin demora de tiempo, tras aflojar la ropa del
accidentado y liberar las vías respiratorias de cualquier obstáculo: cuerpos
extraños, dentadura postiza, lengua desviada. Una vez reiniciada la respiración
natural, el siniestrado deberá ser abrigado y trasladado urgentemente a un
centro hospitalario.
Contusión
Es un tipo de lesión conocido como
cardenal y chichón. No existe fractura en la piel recubridora del tejido
afectado. Su importancia no depende tanto de la violencia del agente traumático
como del órgano adyacente: cerebro, pulmón, abdomen. Los síntomas
característicos de las contusiones, según la región afectada y el impacto del
golpe, oscilan entre los vértigos y la depresión vital del organismo pasando
por los zumbidos de oídos, la taquicardia, los vómitos, la pérdida de
conciencia.
En los casos de contusión leve sólo
es necesario aplicar un vendaje compresor. Si el traumatismo ha ocasionado
algunos de los síntomas más o menos graves detallados más arriba, se hace
preciso inmovilizar al lesionado, aflojar la ropa ceñida y evitar su
enfriamiento. Es útil suministrar frecuentes infusiones de té o café. El dolor
se combatirá con analgésicos.
Fractura
Es una lesión del tejido óseo. La
fractura incompleta se denomina fisura. En cuanto a la fractura completa (hay
separación de los fragmentos del hueso roto), puede ser cerrada (no existe
destrucción de la piel) o abierta. Cuando la fractura astilla el hueso y hiere
un órgano vital, la fractura se llama complicada. Entre los síntomas
característicos de la fractura, es necesario destacar el dolor y la
inamovilidad, deformidad y la hinchazón del miembro afectado. También puede
haber crepitación o sensación de roce entre los dos fragmentos del hueso roto.
La hemorragia sólo se da en las fracturas abiertas. Las fracturas más
peligrosas comprenden los huesos del cráneo, la columna vertebral y el torax.
La inmovilización de un miembro fracturado es la primera medida de socorro. En
los supuestos de fractura de la columna vertebral, jamás debe sentarse al
herido ni provocar ninguna flexión de la espalda. Uno de los mayores riesgos
para un motorista accidentado o un obrero caído desde un andamio consiste en
ser auxiliado por una persona inexperta. Muchos paralíticos lo son gracias a
ese tipo de socorro precipitado.
Hemorragia
Es la expulsión más o menos violenta
de la sangre a través de una herida. La hemorragia puede ser venosa o arterial.
La primera es de color rojo oscuro, sale como babeando, sin intermitencia, pero
con regularidad. En cuanto a la hemorragia de tipo arterial, la sangre es de
color rojo, sale a chorro y en forma de sacudidas, según el ritmo del corazón.
Un adulto sano puede tolerar sin consecuencias graves una hemorragia de medio
litro de sangre. La muerte sobreviene cuando esta cantidad se multiplica por
seis. La rapidez es fundamental a la hora de atajar una hemorragia.
La hemorragia por la boca proviene
casi siempre del pulmón o del estómago. La hemoptisis es de color rojo vivo,
con abundante espuma, sin restos alimenticios, expulsada a golpe de tos, si
vértigo ni pérdida del sentido. Por su parte, la hematemesis o hemorragia de
procedencia estomacal se distingue por el color rojo negruzco de la sangre,
acompañada de residuos de alimentos, vómitos, mareo y supresión del
conocimiento.
La hemorragia por la nariz se llama
epistaxis, originada en la arteria del tabique nasal. Los golpes y las
enfermedades constituyen la principal etiología. Se ha de tener cuidado para no
confundir una epistaxis y una hemorragia procedente del pulmón.
La hemorragia por el oído puede ser
el síntoma de una fractura del cráneo.
La hemorragia por el ano se denomina
melena, sale mezclada en gran cantidad con heces de color muy oscuro, casi
negro. La causa principal radica en las ulceraciones del intestino. Cuando la
sangre es más clara, el traumatismo está localizado en el recto. Es el conocido
caso de las hemorroides.
La hematuria o hemorragia por la
uretra bulle confundida con la orina. Puede tratarse de una lesión en el riñón
o de un cáncer de próstata. Algunos torturados en dependencias de la policía y
del Ejército han "orinado" abundantemente.
En general, el tratamiento contra
las hemorragias consiste en mantener en reposo al herido, comprimir la zona
sangrante con los dedos o con un torniquete, aplicar bolsa de hielo y
administrar fármacos coagulantes.
Herida
por arma de fuego
En esta clase de traumatismo existe
rotura del tejido cutáneo. Es un tipo de lesión fácil de infectar si no se
toman las medidas oportunas. Está en función de los elementos del disparo y de
la distancia del objetivo.
I. Elementos del disparo.
a) Carga explosiva.
Sirve para impulsar la bala a través
del cañón del arma. Al tratarse de pólvora deflagrada produce una llama o
fogonazo, humo, gases y granos de pólvora no deflagrada, cuya distancia de
proyección es superior al resto de los elementos producidos. Cuanto más moderna
sea la pólvora, mayor será la distancia alcanzada y menor serán los gases y
humo producidos.
b) Proyectil.
Es el componente del cartucho
disparado a gran velocidad como producto de los gases de la combustión de la
carga explosiva. Puede ser una bala o una porción de perdigones.
II. Distancia del disparo.
a) Herida por disparo a
cañón tocante.
Se produce cuando la boca del cañón
se halla a menos de cinco centímetros de la víctima. A simple vista se aprecia
un orificio de entrada en forma de estrella. No existe ninguna señal de tatuaje
porque todos los elementos de la carga explosiva han quedado dentro de la
herida, en el túnel formado por el proyectil. Es necesario utilizar una lupa
para observar la quemadura interna, la zona apergaminada por los gases incandescentes,
la pólvora no deflagrada y la bala cuando no haya salido por el lado contrario.
b) Herida por disparo a
quemarropa.
Se trata de la herida provocada por
un disparo entre cinco centímetros y medio metro de la víctima. Produce una
quemadura en la piel o en la ropa de la misma. A simple vista se observa un
tatuaje generado por las partículas de la pólvora deflagrada.
c) Herida por disparo a
bocajarro.
Es la herida ocasionada desde corta,
media y larga distancia, si bien en ninguno de los casos rebasa la distancia de
un metro y medio. Los indicios en diferentes medidas son el tatuaje, la
quemadura y la presencia de pólvora deflagrada. La herida a larga distancia
carece de tatuaje. En todos los casos debe determinarse la trayectoria de la
bala, de dirección más oblicua cuanto mayor cantidad de partículas de pólvora
se aprecie en la herida y más grande sea la quemadura. Si el proyectil tropieza
contra un hueso puede perforarlo o variar la trayectoria rectilínea. En ambos
supuestos provoca nuevas lesiones internas, en el primer caso por los
fragmentos óseos actuando como improvisados proyectiles. El calibre del arma se
calcula midiendo el diámetro del orificio de entrada de la bala, nunca el orificio
de salida por ser mayor tras haber arrastrado las esquirlas del hueso en forma
de cono.
d) Herida por disparo de
escopeta.
Con el fin de subsanar las
dificultades producidas en la determinación de la distancia del disparo con
escopeta, se ha de disparar el arma desde diferentes distancias para observar
la dispersión de los perdigones y comparar sus efectos con los indicios
examinados en la víctima.
De forma aproximada, podemos
averiguar la distancia del disparo según sean las partes del cuerpo impactadas
por las postas:
-Cinco
metros: cabeza y cara.
-Diez metros:
cabeza y cuello.
-Veinte
metros: cabeza y torax.
-Veinticinco
metros: medio cuerpo.
-Más de
veinticinco metros: en todo el cuerpo, pero no hay vísceras lesionadas.
Herida
por arma de fuego (signos de suicidio)
a) La distancia del
disparo ha de ser menor que la longitud del brazo del suicida.
b) El disparo suicida a
cañón tocante se produce en zonas vitales: sienes, frente, interior de la boca,
debajo del mentón, región pericárdica. El tiro en el cielo del paladar es
mortal siempre.
c) El análisis
criminalístico permite determinar si hay restos de partículas de la carga
explosiva. En los suicidios, la herida siempre aparece contaminada por los
granos de pólvora no deflagrada.
Herida
por arma blanca
Las armas blancas son agentes
vulnerantes constituidos por un mango y una hoja en forma de punta con bordes
afilados o romos. Se clasifican en función del tipo de herida que provocan:
punzantes, contundentes, cortantes, punzocortantes, punzocontundentes y
cortocontundentes.
a) Armas punzantes.
Son instrumentos largos, puntiagudos
y más o menos delgados, características compartidas por punzones, estiletes,
leznas, picahielos y otros. El elemento punzante atraviesa por compresión o
impacto y de forma irregular la piel y los tejidos subcutáneos. Suele infectar
la herida por no hallarse esterilizado. La gravedad de la lesión depende de la
profundidad alcanzada por el arma y la víscera afectada. También puede existir fractura
de huesos menores. Las heridas producidas por las armas punzantes pueden ser
confundidas con el orificio de entrada de una bala de pequeño calibre, debido a
la escoriación y equimosis de los bordes lesionados de la piel. Cuando la
agresión se realiza en el abdomen, la zona cutánea y subcutánea alrededor de la
herida se hunde por el denominado "efecto acordeón".
b) Armas contundentes.
Son instrumentos de bordes romos,
entre los cuales podemos citar los de origen natural (puños, cabeza, codos, rodillas,
pies, dientes, uñas); eventuales (estacas, palos, bastones, piedras) y
artificiales (mazas, garrotes, martillos, porras, cadenas, puños americanos).
El suelo, las paredes y los objetos de superficie dura también son instrumentos
contundentes. Entre las heridas contusas caben destacan las siguientes:
hematomas, chichones, contusiones, escoriaciones (heridas superficiales en la
dermis), erosiones (heridas profundas en la epidermis). Las heridas de bala se
consideran contusas.
c) Armas cortantes.
Son instrumentos, cuya hoja dispone
de uno o más filos capaces de seccionar por deslizamiento. Producen una herida
nítida en la piel y tejido subcutáneo. Entre los mismos podemos enumerar:
cuchillos, machetes, navajas, hojas de afeitar, cristales y otros. Las heridas
por instrumentos cortantes no acostumbran a infectarse porque sus bordes son
netos y regulares. Las dimensiones de las heridas guardan relación con la
fuerza empleada por el agresor. Suelen ocasionar grandes hemorragias. Las
personas muertas por arma cortante suelen encontrarse en medio de un charco de
sangre. La huella del arma es una escoriación alargada o curva porque la
penetración rara vez se hace en perpendicular al cuerpo. Cuando el arma
cortante interfiere un tendón se produce una parálisis en la zona afectada.
d) Armas punzocortantes.
Son instrumentos de doble uso.
Cuchillos, navajas, tijeras, puñales o dagas pertenecen a este grupo de armas.
La importancia de las heridas depende de la profundidad del órgano o tejido
insertados. Las armas punzocortantes pueden ocasionar el tétanos por hallarse
oxidadas. Un signo de peligrosidad criminal consiste en desplazar el
instrumento en cualquier dirección una vez ha penetrado en el cuerpo. Esta
maniobra provoca heridas adicionales de mucha gravedad. No debe confundirse con
las lesiones entrecruzadas de dos agresiones consecutivas e independientes: dos
cuchilladas idénticas en la misma zona, por ejemplo.
e) Armas
punzocontundentes.
Son instrumentos con cuerpo de
hierro o acero, puntiagudos y de bordes romos como los picos y alcotanas.
Originan lesiones por impacto o compresión de la piel, muy graves cuando son
utilizados con fuerza. Generalmente, estas armas son abandonadas por los
autores de las agresiones.
f) Armas
cortocontundentes.
Son instrumentos compuestos de un
mango de madera o metálico y hoja de bordes afilados o no. Las hachas,
machetes, sables o espadas son las armas más conocidas en esta clase. Además de
cortar pueden originar fracturas debido a su gran peso. La herida de un golpe
de hacha se confunde a veces con una lesión contusa.
Herida
por mordedura y picadura de animales
En muchos rincones del planeta
sobreviven insectos, peces y reptiles cuyo ataque puede revestir máxima
gravedad para el hombre. Los mosquitos, las pulgas y los piojos son grandes
transmisores de enfermedades como la malaria, la peste o el tifus. Son muchos
los insectos capaces de lesionar e incluso matar. Las abejas y las arañas del
tipo "viuda negra" no transmiten ninguna enfermedad, pero sus picaduras
son en muchos casos definitivas por la potencia del veneno inoculado. Los
perros, zorros y murciélagos también pueden transmitir la rabia. Las pirañas,
cocodrilos y anguilas no son animales venenosos, pero no es conveniente toparse
con ninguno: las pirañas devoran a su presa en un santiamén y los cocodrilos lo
hacen a grandes bocados; las anguilas provocan terribles descargas eléctricas.
El coto espinoso, el pez luna, la medusa y el lucio son algunos de los
habitantes del mar poco recomendables por su toxicidad. Las morenas, picudas y
tiburones se parecen a las simpáticas pirañas: no intoxican, pero muerden un
montón. En cuanto a los ofidios venenosos, los más populares son la víbora, la
cobra, la mamba, la serpiente de cascabel, el mocasín acuático, etcétera. Hay
serpientes venenosas en todos los continentes.
Insolación
Es una lesión provocada por la
irradiación solar. El doble efecto de la temperatura y la luz del sol, tiene
las siguientes consecuencias sobre el organismo: congestión, dolor de cabeza,
náuseas, vómitos, sudoración, calambres. En los casos graves, el accidentado
puede tener fiebre alta, perder el sentido e incluso entrar en coma.
El golpe de calor presenta similares
efectos, aunque la causa es otra; por ejemplo, trabajar en un ambiente muy
caldeado, como la sala de máquinas de un barco navegando en una zona de clima
tórrido.
Quemadura
Es una lesión provocada en la piel y
en los órganos internos, realizada por los siguientes agentes:
a) Radiaciones
electromagnéticas (rayos X y ultravioleta).
b) Electricidad.
c) Productos químicos:
ácido sulfúrico, amoníaco, lejía, sosa, etcétera (se denomina intoxicación
cuando son ingeridos).
d) Agentes mecánicos
(quemaduras por abrasión en los accidentes de tráfico, caídas por terraplenes,
etcétera).
Hay tres clases de quemaduras:
I. Quemadura de primer
grado.
Causa el enrojecimiento de la
epidermis, si bien el daño es mínimo en la función protectora de la piel. El dolor
es el síntoma predominante de la herida, cuya desaparición sucede entre
cuarenta y ocho horas y setenta y dos. La cicatrización culmina al cabo de
cinco días. Es una quemadura propia del exceso de radiación solar, escaladas de corta duración y agua caliente.
La profilaxis consiste en aplicar una compresa con agua muy fría y un vendaje a
continuación. Cuando la quemadura se produce por amoníaco, lejía, sosa o
potasa, se lavará con limón o vinagre y después se curará como el resto de
quemaduras. El antídoto del ácido sulfúrico es el bicarbonato de sosa, aunque
las cicatrices son retractiles y dejan graves secuelas sobre todo en la cara.
II. Quemadura de segundo
grado.
Es más profunda y afecta también a
la dermis. El enrojecimiento y las vesículas o ampollas son los efectos
visibles. La quemadura superficial no infectada termina la curación entre una
semana y catorce días sin dejar cicatriz, excepto si la herida es muy extensa.
El tratamiento consiste en reposo; administración de analgésico y antibióticos
para combatir el dolor y la infección, respectivamente, y protección de la
herida con gasa estéril, algodón y vendaje. No ha de faltar los jugos de fruta,
limonadas y agua azucarada en abundancia. A veces se hace necesaria la
aplicación de suero por vía intravenosa.
III. Quemadura de tercer
grado.
Se caracteriza por la
dureza, semejante al cuero, y por el color marrón o negro, aunque también puede
ser de color blanco o rojo. No es frecuente la aparición de ampollas. Cuando la
quemadura es muy profunda y extensa sobreviene una necrosis masiva. La
profilaxis requiere injertos cutáneos y la hospitalización en centros de
recuperación de quemados. La morfina es el analgésico más utilizado. La
gravedad de la quemadura de tercer grado no radica tanto en la profundidad como
en la extensión. La carbonización de una pierna reviste menos importancia
comparada con una quemadura menos profunda, pero más extensa en el tronco: la
pierna se puede amputar, no así los órganos torácicos y abdominales gravemente
afectados. La edad es el tercer factor a tener en cuenta en las consecuencias
de la quemadura: los niños forman un grupo de elevado riesgo por la falta de
madurez de su sistema inmunológico.
Sumersión
Se produce por la entrada de agua en
los pulmones, por agotamiento del nadador, por un síncope traumático al caer al
agua. El ahogado precisa de la misma asistencia de un accidentado por asfixia
en general. Varios son los elementos a tener en cuenta en cualquier salvamento:
situación de la víctima, distancia de la costa, corriente marina, estructura de
la orilla (costa escarpada, escollera, playa arenosa, etcétera), medios de
rescate, entrenamiento y actitud de los socorristas.
El accidente de sumersión se convierte
en tortura cuando la cabeza de la víctima es sumergida en un depósito de agua,
orina o heces. Dicha tortura se conoce en ambientes policiales como “la técnica
del submarino”.
TIPOS DE LESIONES MUY GRAVES
a) En órganos vitales:
cerebro, pulmones, corazón, hígado, riñón, etcétera. Su paralización acarrea
indefectiblemente el óbito de la víctima.
b) Hemorragia: externa
(heridas de asta de toro en la arteria femoral); interna (pleuresía) y
exteriorizada (sangre manada por el recto procedente de una lesión en el
intestino). En algunos casos, la cantidad de sangre perdida no es determinante
a la hora de provocar la muerte (hemorragia cerebral). Las hemorragias venosas
también pueden ser mortales.
c) Cese de las funciones
básicas: respiración, circulación, temperatura basal, motricidad, presión
arterial, etcétera. La causa es una disminución del riego sanguíneo, cuyo
desenlace es el colapso, el coma y la muerte. Es conocido en la nomenclatura
médica como shock.
LESIONES DE TRÁFICO
Un tercio de las autopsias
practicadas en el Instituto Anatómico Forense de Barcelona por muerte violenta
se debe a la colisión entre vehículos.
La importancia de las lesiones está
en función del peso y la velocidad de los vehículos; del costado por donde se
halla provocado el choque y de la situación de los ocupantes. Si la colisión es
de frente o en una embestida por detrás, el conductor recibirá el impacto del
volante contra el torax y sufrirá lesiones en las rodillas. En caso de
velocidad excesiva, y como consecuencia de la sacudida en forma de látigo de la
cabeza, generalmente se fractura el cuello causando lesiones nerviosas. Los
cristales del parabrisas son un riesgo añadido para los ojos.
En las embestidas por detrás, los
ocupantes del vehículo embestidos son proyectados hacia delante, unos encima de
otros, mientras el habitáculo se convierte en una trampa mortal.
Lesiones
a peatones
Desde la irrupción del coche en la
sociedad desarrollada, la muerte y las lesiones han rondado a los peatones como
una plaga moderna. Pero jamás nadie imaginó la última aventura de los
viandantes de cualquier ciudad mientras caminan por la acera: ser atropellados
por motoristas sin castigo. Barcelona es un ejemplo fidedigno.
El atropello de personas por un
vehículo consta de varias etapas:
a) Fase del impacto.
Se produce al entrar en contacto el
vehículo y el peatón. La importancia de las lesiones depende de la velocidad
del vehículo y la situación del parachoques. Un coche pequeño, con el
guardabarro a poca altura, causará heridas en los gemelos y en las rodillas; un
camión provocará lesiones en las nalgas, en el abdomen y en la cintura.
b) Fase de proyección.
Tras el golpe contra el vehículo, la
víctima sale despedida a cierta distancia, según la violencia del impacto y la
corpulencia del peatón.
c) Fase de caída.
Como es natural, el descenso del
cuerpo se produce hacia en lado contrario desde donde ha sido despedido, sobre
la calzada u otro vehículo. Las heridas más frecuentes son de tipo
craneoencefálicos, contusiones, fracturas de manos y muñecas, hemorragias
exteriorizadas por oídos, boca o nariz. Los ancianos son más vulnerables debido
a la descalcificación progresiva del esqueleto.
d) Fase de
aplastamiento.
No se da en todos los accidentes de
tráfico, pero cuando sucede tiene consecuencias muy graves por las múltiples
fracturas de huesos y vísceras, sobre todo cuando el aplastamiento lo realiza
un camión. Los ferrocarriles y vagones de metro acostumbran a seccionar la
cabeza, el tronco o los miembros de las extremidades. Es un atropello mortal en
un elevadísimo porcentaje. De ahí la práctica de los suicidas de arrojarse a
las vías del tren.
f) Fase de arrastre.
Tampoco se produce siempre, salvo
cuando un saliente del vehículo engancha la ropa del peatón, quien es
arrastrado hasta la parada definitiva del vehículo o hasta ser despedido. Las
heridas son en forma de escoriaciones de la piel, contusiones y pérdida de
sustancia. El tejido muscular queda al descubierto.
LESIONES LABORALES
En Derecho del Trabajo se considera
accidente laboral la lesión provocada con ocasión del trabajo desempeñado y
enfermedad profesional la lesión originada de forma no inmediata, pero también
como consecuencia de la actividad laboral.
Los accidentes laborales y las
enfermedades profesionales dan origen a diferentes situaciones de baja médica:
incapacidad laboral transitoria, invalidez provisional, invalidez permanente
parcial, invalidez permanente total para la profesión habitual, invalidez
permanente absoluta para todo trabajo y gran invalidez.
Accidentes
laborales
No están contemplados como accidentes laborales las
lesiones provocadas voluntariamente o mediante imprudencia temeraria. Los
accidentes laborales son:
a) Lesiones producidas
como consecuencia del trabajo realizado por cuenta ajena.
b) Lesiones producidas
en el trayecto desde el trabajo hasta la vivienda del trabajador o viceversa.
c) Lesiones producidas
durante el desempeño de funciones sindicales.
d) Lesiones producidas
en trabajos no habituales encomendados por el empresario de forma
extraordinaria o realizados de forma espontánea por el mismo en bien de la
empresa.
e) Enfermedades contraídas
por el trabajador durante su trabajo.
f) Agravación de
enfermedades y defectos.
g) Imprudencia
profesional (no temeraria).
Enfermedades
profesionales
Sobrevienen por la exposición o
contacto duradero de los trabajadores con ambientes insalubres y materiales
contaminantes. Son ejemplos de actividades de riesgo la minería del carbón
(silicosis), la ganadería (fiebre de Malta), la medicina (rayos X, contagios),
la navegación marítima (asma, depresiones), la industria nuclear (radiactividad).
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS