CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS
MEDELLÍN HOY COMO AYER CAPITAL DEL CRIMEN
Juan Alberto, ingeniero de telecomunicaciones, se afincó en Medellín a principios del 2017 embrujado por Marta Lucía. Se conocieron por internet y en la segunda visita a la "capital de la eterna primavera" decidió regresar a Madrid sólo con el propósito de despedirse del trabajo y hacer las maletas definitivamente. Montó una tienda de productos y servicios informáticos. Pero no incluyó en la contabilidad el "coste" de la extorsión, un epígrafe a tener en cuenta en cualquier proyecto de inversión empresarial porque en Medellín ni los humildes vendedores ambulantes escapan a la economía criminal. Plata o plomo como en los tiempos de Pablo Escobar Gaviria.
Ha disminuido el número de asesinatos pero no la extorsion a cara descubierta. Medellín, entre la sobreviviente "Oficina de Envigado" y la omnipresencia del "general de la mafia" no sólo en las redes sociales, sino en diversas manifestaciones públicas como la
convocada por Álvaro Uribe Vélez contra el Gobierno de Juan Manuel Santos Calderón defendiendo la justicia y la democracia (una burla por parte del "general de la mafia" como se autodenomina
Poyeye
sicario del Cartel de Medellin por cuanto pagó apenas 20 años de cárcel por casi 300 asesinatos; menos de un mes por cada víctima) ha devuelto a Medellín a su histórica condición de eterna capital del crimen. Ni el Estado ha sido capaz de desmantelar la "Oficina de Envigado" ni la sociedad paisa se ha rebelado contra el culto mafioso del sicario de Pablo Escobar Gaviria en las redes sociales. Medellín reclamo del narcoturismo y la prostitución.
Hay dos Medellín; uno, idealizado por la fantasía, un "Medellín bonito" alejado de la seguridad ciudadana, y otro dividido en tropecientos "combos" o bandas criminales.
Decenas de miles de "campaneros" (centinelas generalmente niños), "carritos" (mensajeros generalmente niños), microtraficantes, artilleros, sicarios, gatilleros, capos. Un ejército dotado de armas cortas, fusiles de asaltos, granadas. Narcomenudeo, prostitución, robo de motocicletas, préstamos gota a gota (con intereses hasta del 20 por ciento mensual), extorsión (disfrazada de "seguridad" para trabajar a salvo de la delincuencia) a comerciantes, transportistas, restaurantes, talleres mecánicos, contratistas, buhoneros).
Ni seguridad ciudadana ni seguridad jurídica. Pocos antioqueños denuncian la extorsión. La impunidad reina en Medellín por cuya razón la extorsión se ha convertido en norma y pocas víctimas se atreven a denunciarla por los grandes riesgos contra la vida y los bienes de los afectados. Juan Alberto malvendió su negocio y cruzó el océano Atlántico de regreso a Europa. Lo acompañó Marta Lucía. No piensan volver a Colombia como tantos emigrantes y exiliados.
P.D.- Un ejemplo más a tener en cuenta del prolijo modus operandi del crimen en Colombia.
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS