La campaña del cibersicariato parauribista dirigida por el mercenario Carlos Escobar Marín ha durado tres años, aunque las consecuencias no han sido reparadas aún. "España es un país de mierda" (escribió la corresponsal del periódico "El Tiempo" en Madrid Juanita Samper Ospina). No lo pongo en duda porque ninguna autoridad española rebatió la noticia. Pero ¿lo será también Colombia? El Estado colombiano me ha ofrecido acciones legales en defensa de mi honor contra los responsables de la brutal campaña de injurias, calumnias, amenazas, sabotaje y denigración padecida desde mayo del 2011. La denuncia está a punto de caramelo. Tan pronto se la remita a la Fiscalía General de la Nación publicaré la noticia.
En el cibersicariato han participado políticos, abogados, periodistas, fiscales, policías, militares... Sin embargo nadie de la prensa colombiana ha alzado la voz en defensa del derecho de expresión e información. ¿Qué si no ha perseguido el cibersicariato sino obligarme a silenciar la palabra contra el paramiltarismo impune en la cúpula política? Políticos como Lucio Gutiérrez Borbúa; abogadas como Karen Laverde Corredor; fiscales como Jaime Arturo Fonseca Triviño o Francisco Galvis Ramos y periodistas, periodistas, como Ricardo Puentes Melo o Dora Montero Carvajal, basura a destajo. Pero la prensa colombiana sospechosamente ha permanecido ciega, muda, sorda. ¿Prensa xenófoba por ser yo extranjero? ¿Qué le debe la prensa colombiana a Álvaro Uribe Vélez para ocultar sistemáticamente el informe desclasificado de la Defense Intelligence Agency señalándolo como el número 82 de los narcotraficantes colombianos en tiempos de Pablo Escobar Gaviria? ... Amanecerá y veremos.
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AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS