CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

CRIMINOLOGÍA POLÍTICA
DESDE JULIO CÉSAR HASTA ADOLFO HITLER

Una de las divisiones de la crimonología es la criminología política o corporativa, y trata del estudio de las desviaciones antisociales o parasociales de los dirigentes políticos, empresariales o sociales. La mafia y la dictadura (dura, blanda o camuflada bajo un manto pretendidamente democrático) son dos modelos a estudiar por la criminología política o corporativa.

La criminologia distingue entre trastornos mentales de origen orgánico (demencia, esquizofrenia, paranoia) y trastornos de personalidad (psicopatía y sociopatía). De los dos trastornos de la personalidad la psicopatía es la más grave por su repercusión entre dirigentes políticos, sociales, empresariales. El psicópata criminal nace como psicópata pero se hace criminal en un ambiente determinado.

El psicópata criminal carece de valores y empatía. Son carismáticos, inteligentes, manipuladores, embusteros, impulsivos, crueles. Hoy piensan una barbaridad y mañana la desmienten sin examen de conciencia ni propósito de enmienda. Abundan entre directores generales, abogados, periodistas, agentes comerciales... En las relaciones personales son amorosos inicialmente para después mostrar un desinterés calculado para crear la dependencia de la victima. En el plano político tanto el comunista como el fascista representan ese patrón de conducta para captar y someter a sus clientes (también llamados seguidores, devotos, acólitos, simpatizantes). Unos se presentan como liberadores del capitalismo y otros como salvadores de los esclavos de la casta politica dominante.

Manuel Medina ha publicado en "Canarias Semanal" un interesante, aunque menguado artículo sobre la psicopatología desde la Antigua Roma hasta la II Guerra Mundial. ¿Por qué dejar fuera del análisis a Lenin o Stalin? ¿Por qué no profundizar en personajes de actualidad como Gustavo Petro o Pedro César Imperator? ¿Por qué examinar sólo a Podemos?

¿Podrían los políticos de Podemos ser los Catilinas del siglo XXI? Manuel Medina.

"En el año 60 de nuestra era, César formó parte, con Pompeyo y Craso, del triunvirato compartido que dirigió Roma. No obstante, aquel poder repartido entre tres, duró solo siete años. El triunvirato terminó rompiendose por diferentes motivos. El principal de ellos fue la ambición enconada entre los dos principales triunviros, César y Pompeyo. Finalmente, César liquidó fisicamente a su competidor Pompeyo y se ha autoerigió, de paso, en dictador unico del Imperio Romano".

"Lejos de la visión oficial que se nos ha proporcionado sobre la biografia de Julio César, su trayectoria política y vital resultó ser mucho más gris y mediocre que la del héroe poderoso y virtuoso que construyeron tanto la historia oficial como las tragedias literarias shakesperiana, inspiradas estas últimas en las versiones laudatorias de las sus biografías oficiales, y finalmente el cine de Hollywood inspirado a su vez en las obras de Shakespeare".

"La moral política de César tenía poco que envidiar a las secuencias corruptas que caracterizaron todo el historial de sus turbias operaciones económicas. Al dictador romano que acabó con la República le importaba un bledo cambiar en cuestión de minutos sus opiniones y posturas, siempre que las nuevas sintonizaran armónicamente con sus intereses personales, ya fueran estos económicos o políticos".

"Por ejemplo, en la famosa conspiración de Catilina contra la que Cicerón pedía amenazadoramente que rodaran muchas cabezas, permaneció siempre en la duda de si debería prestarle o no ayuda a este militar populista. Traducido a términos de hoy en día, Catilina era un político populista que para promoverse políticamente prometía "ayudar" a los pobres. Tratando de encontrar un equivalente a la actualidad, podríamos equipararlo con lo que hasta hace poco ha sido la formación política "Podemos" que, como Catilina, conscientes de que no disponían para ello ni de fuerza ni de organización con la que "asaltar los cielos" como prometían, proclamaban la defensa de los intereses de los más pobres para, con sus apoyos, poder catapultarse electoralmente. El propio César, que de forma oportunista decía simpatizar con las ideas de Catilina, nunca se atrevió a apoyarle abiertamente. Al final, Catilina fue derrotado y ejecutado y Julio Cesar se puso inmediatamente de perfil, como si estuviera oyendo llover".

"Catilina era una suerte de militar populista, con actuaciones políticas muy similares a las que pudo tener la formación política española Podemos hace unos pocos años, antes de que se produjera por vocación propia, su caída al pozo de las tinieblas".

"Como sucediera en el siglo XX con los podemitas españoles, Catilina pretendío conspirar en contra del Estado romano, sin contar previamente con una organización social y política fuerte que les permitiera acabar con la oligarquia de los patricios romanos. El realidad, Catilina y los suyos, tal y como les sucedio veinte siglos despues al grupo de universitarios de la Universidad Autonoma madrileña, solo trataban de ganarse el apoyo popular prometiendole a las masas que tenian el proposito que iban a tomar los cielos por asalto".

"Lo que a Julio Cesar le hacia dudar no era si sus principios coincidian o no con los del populista Catilina. Eso le importaba un pimiento. Sus incertidumbres se basaban en dos aspectos: en si el movimiento urdido por Catilina tenia o no, posiblilidades de triunfar, y en ese caso podría, incluso, aventurarse a encabezarlo; y en otro hecho infinitamente más prosaico: César era deudor del banquero Craso, quien se oponía radicalmente al conspirador populista Catilina. Teniendo en cuenta estos dos factores en juego, Julio Cesar, con la frialdad propia de un témpano, calculó que si respaldaba al enemigo de Craso, y Catilina resultaba derrotado, no solo podia perder la cabeza, sino tambien el apoyo económico de su principal banquero prestamista. Y teniendo en cuenta ambos parametros, decidió. Y por enésima vez en su vida, acertó".

"Un hombre carente de moral. Pese a la distancia que separa al mundo de hoy del los tiempos de la Roma imperial, tal y como sucede con una buena parte de nuestros políticos, a Julio César lo acompañó siempre a su lado, la sombra de su oportunismo, que hubo momentos que rayaba en el descaro. Carecíó de convicciones a lo largo de toda su vida. Cambiaba de aliados como quien diariamente se muda de toga".

"Algunos de esos "giros copernicanos" resultaron realmente proverbiales. Por ejemplo, inicialmente había sido un estrecho aliado de Pompeyo y de Craso, durante el primer triunvirato, para luego terminar enfrentándose militarmente a Pompeyo, haciéndolo desaparecer del mapa de los vivos. Algo similar sucedió con su postura en relacion con el Senado. Primero buscó ansioso sus favores. Luego, cuando terminó deshaciéndose de él para poder al convertirse en dictador, lo despreció olímpicamente. Tiempo después, cuando le convino, intentó nuevamente rehabilitarlo en sus funciones".

"César modificaba las geometrías de sus alianzas con la flexibilidad de un mimbre, utilizando el cálculo pragmático como única referencia para poder medrar políticamente y consolidar su poder personal. Alteró repetidamente las Constituciones y las leyes romanas para permitir concentrar y fortalecer su encubtamiento, pese a que inicialmente alegaba propugnar por reformas más democráticas".

"Lejos de la visión oficial que se nos han proporcionado sobre Julio César, su trayectoria biográfica resultó ser infinitamente más gris y mediocre que la del héroe poderoso y virtuoso, descrito por la historia oficial o por las tragedias shakesperianas, inspiradas en su hagiográfica biografías oficiales. Según interpreta Bertolt Brecht, en "Los negocios del señor Julio César" este no fue más que un trepa egocéntrico, dispuesto a todo con tal de alcanzar la cima del poder que luego concentró en su persona".

AUTOPROCLAMADO CÉSAR IMPERATOR

HUNDIDAS PUDREMOS NEGOCIO FAMILIAR

JUEZA PUDREMITA ABUSO DE PODER

TREMENDO PAR DE TRUHANES


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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

AGENCIA BK DETECTIVES ASOCIADOS

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