CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS
"Un archivo por prescripción.
El pasado 20 de diciembre, el PP presentó ante la Justicia una denuncia contra la magistrada Victoria Rosell. Es la portavoz de Jueces para la Democracia en Canarias, la asociación que aglutina a los denominados jueces progresistas.
El ex fiscal general del Estado Eligio Hernández la definió recientemente como «arquetipo de juez justiciera» en los términos que el profesor Alejandro Nieto, en su libro "El desgobierno judicial", describe tal figura: «Un ser inmaduro que hace suyos los ideales adolescentes de arreglar el mundo, un psicópata que ha perdido el contacto con la realidad, que no tiene conciencia de la modestia de sus esfuerzos y de sus posibilidades de error, que se mueve en un escenario imaginario donde necesita un público que aplauda sus hazañas y cuyos halagos busca desesperadamente para fortalecer su desviada propensión. Vive en el universo de sus fantasías, donde son enemigos cuantos no están de acuerdo con él. Lo grave es que cuando este personaje opera en un contexto dominado por los medios de comunicación, como hoy sucede, se produce un efecto sinergético explosivo».
La denuncia tenía un claro objeto: «Firma por la juez Rosell de un manifiesto en contra de una resolución firme de archivo de querella criminal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC)». Una querella interpuesta por su pareja sentimental, Carlos Sosa Baez, contra mi persona.
En paralelo también se denunciaba a la juez Rosell como autora de la redacción de la citada querella. La veracidad de los hechos denunciados quedó acreditada mediante un acta notarial aportada.
Los indicios sobre la autoría de la querella a manos de la magistrada Rosell eran y son más que evidentes. No sólo por el acta notarial. También por los permanentes cambios de versión que sobre los hechos hizo la magistrada Rosell.
El Poder Judicial abrió una investigación. Y la juez Rosell presentó alegaciones. Solicitó su archivo por estar prescrita. Y, además, pidió que el Poder Judicial expresamente declarara que «no se puede atribuir la autoría de la redacción de la querella a Rosell; que se censurara la presentación pública de la denuncia ante los medios de comunicación y que se reprobara la utilización de los procedimientos disciplinarios ante el propio Poder Judicial». Ninguna atención ha sido prestada por el Poder Judicial a las pretensiones de la juez Rosell.
Al contrario. El máximo órgano de gobierno de los jueces ha comunicado al PP como denunciante su informe al respecto. Se declara el archivo por prescripción al haber transcurrido más de dos años.
Pero el informe indica algunas cosas más. El acta notarial donde aparece la juez Rosell como redactora de la querella es calificado como «indicio real» de la autoría.
De la lectura del informe se infiere que la juez Rosell se escapa porque las faltas graves y muy graves que se le imputan han prescrito. Suerte para ella. Aunque no para el sistema. Ni para el buen nombre de la Justicia.
Ahora bien, su reputación como magistrada imparcial queda de lleno en entredicho. Bien es cierto que dispone de un periódico digital -de su pareja sentimental- y de una emisora de radio para intentar desvirtuar lo que es un archivo por prescripción.
Pero ni siquiera una defensa gremial de parte podrá obviar lo mas importante: su nombre en las propiedades del texto de la denuncia, que su pareja me interpuso y que fue archivada, constituyen un indicio, según el propio Poder Judicial, que, además, no presta la mas mínima atención a la pretensión de la juez Rosell para que el PP sea censurado por informar públicamente de la denuncia a los medios de comunicación.
Increíble pero cierto. En un Estado de Derecho, una juez solicitando censura a la acción de información de una fuerza política democrática. Supongo que habrá sido un lapsus. O no. Al fin y al cabo, se trata de la misma juez que recriminó al jefe de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias por incluir en el resumen de prensa diario que se envía a los jueces en Canarias las informaciones periodísticas que se hacían eco de la denuncia en su contra. Afortunadamente, la juez Rosell con su actuación demuestra ser una excepción.
Por todo ello, como ha señalado Eligio Hernández, «celebro que algunas asociaciones judiciales se hayan desmarcado del apoyo público a la juez Rosell en sus últimas actuaciones con repercusión mediática. Haría bien en seguir el mismo camino Jueces para la Democracia[...] para que no empañe su positiva trayectoria como sucesora de Justicia Democrática, y el prestigio de la Justicia, la más que dudosa imparcialidad de dicha juez". José Manuel Soria López.
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