CRÓNICAS DE RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS
El jueves pasado el médico de quimioterapia aplazó la sesión semanal por las consecuencias de la
diarrea de los días anteriores. He perdido cuatro kilos de peso y sigo con molestias. El análisis de sangre de ayer dio excelentes resultados según me dijeron; sin embargo poco después me tuvieron que asistir de urgencias por un desvanecimiento producto de la pérdida de sales y minerales como el sodio y el potasio. El médico y las enfermeras se desvivieron por mantenerme entre los mortales. Treinta minutos de suero fisiológico y a la sala de radioterapia. Más tarde llegué al supermercado y compré varias boberías, que apenas he probado. No tengo hambre, no puedo masticar bien y tengo un montón de restricciones alimenticias. Sigo confiando en la
medicina.
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